martes, 30 de diciembre de 2025
Biografía
Poeta y prosista. Nació -1848- en Conil (Cádiz). Murió – 1892- en Madrid. Doctor en Medicina. Renunció al ejercicio de su profesión para trasladarse a Madrid, con su entrañable amigo Juan Antonio Cavestany, con ánimo de dedicarse al periodismo y a la literatura. Publicó sus primeros versos y artículos en la Ilustración Española y Americana.
Escribió en el Imparcial, La Iberia diario progresista, El Heraldo de Madrid, La Época diario moderado, La Correspondencia de España diario noticiero…
Concurrió con asiduidad a la célebre “Cacharrería” del Ateneo, donde hizo gran amistad con Zorrilla, Valera, Echegaray, Campoamor, Balart, Grilo y Ruiz Aguilera. Gracias a la protección económica del rey don Alfonso XII, Velarde pudo evitar una existencia bohemia y azarosa.
Velarde fue uno de los poetas más combatidos por la crítica. En 1888 dio a conocer en el Ateneo de Madrid su poema Alegría, del que Melchor de Paláu emitió el juicio siguiente: “Velarde describe con precisión; es un fotógrafo literario, mejor dicho, un daguerrotipista, pues el color está presente en sus obras; Velarde tiene en sus composiciones fragmentos acertadísimos, versos esculturales modelo de corrección y de armonía, brillantez fulgurosa en muchas imágenes, y, lo que es innegable, descripciones exactas que parecen hechas con paleta y pincel. Puede decirse, en fin, que sus obras son superiores al poeta, que la factura predomina la esencia, y lo grafico a lo ético.”
El valor principal de Velarde es, el de ser uno de los precursores del modernismo en España, juntamente con Reina, Ricardo Gil y Fernández-Shaw.
Obras: Poesías- Sevilla, 1872- Nuevas poesías – Sevilla, 1878-, Teodomiro, o la cueva del Cristo- leyenda- Fray Juan-leyenda-, La venganza-leyenda-, El ultimo beso- leyenda-, La niña de Gómez Arias- leyenda-, Voces del alma- poesías, 1884-, Ante un crucifijo-décimas- El año campestre, Alegría....
También fue autor con su amigo Cavestany de una obra de teatro que se estrenó en Madrid con gran éxito y que tituló: Pedro el bastardo
Sus obras se conservan en el ateneo de Madrid, donde ingresó en el año 1879 con el número de socio 4.267 y en su museo de poetas ilustres, junto a los mas grandes de todos los tiempos, cuelga un cuadro de Velarde pintado por Manuel Fernández Carpio.
En la biblioteca Real se conservan los dos tomos de sus obras completas autografiadas con dedicatorias de Velarde: A S. M. la Reina Regente Dña. María Cristina testimonio de respeto y gratitud, el primer volumen y el segundo: A S. A. R. Dña. Isabel de Borbón Infanta de España en testimonio de adhesión
viernes, 28 de noviembre de 2025
José Velarde en el programa de feria de 2008
Datos de interés sobre la imagen de Nuestra Señora de las Virtudes
Su origen puede ser aragonés y quizás traída de Italia, lo que evidencia una airosa lazada tallada sobre loa cabellos cuyos extremos caen hacia atrás.
Tradicionalmente se ha tenido en Conil como objeto de una donación de la casa de Medina Sidonia, Señores de la Villa, cuando ese lugar era frontera del Reino de Castilla.
Se quiere incluir esta imagen entre las denominadas de arzón o batalladora, todo ello dentro de lo legendario.
De todos modos hay testimonio de haber estado ubicada en el siglo XVI o XVII, en el convento de los Mínimos y ser objeto de donación de los Duques. Un testimonio devocional del Prelado gaditano de la segunda mitad del siglo XVIII, Fr. Tomás del Valle, nos refiere como celebró la festividad de la Virgen en una de sus estancias en la Villa, donando valiosas joyas a esa imagen.
Estructura de la imagen
Esta imagen enhiesta fue realizada para su contemplación frontal pues tiene mas pormenorizada su talla en el adverso que por detrás, sobre todo desde la zona escapular hasta los pies. Podemos asegurar que ha llegado hasta nuestros días gracias al recubrimiento integro de que constaba, un cono de plata en torno a su figura.
Siempre que me hallo en la tierra
miércoles, 19 de noviembre de 2025
Juan Capacha y José Velarde
A la orilla del Atlántico
Y entre cármenes floridos
Se halla la bella Mergablo.
lunes, 10 de noviembre de 2025
Conferencia de José Luis Rubio sobre José Velarde
Las raíces de un pueblo son el pasado que ha forjado el presente y que se proyecta hacia el futuro.
Queremos acercaros y acercarnos al siglo XIX, concretamente a los años de gracia de 1848 a 1892. Por aquellos años Conil era un pequeño pueblecito blanco dedicado a la labor diaria y cansada del campo y de la pesca y posiblemente poco conocido por los españoles. La enseñanza y la cultura estaban al alcance de muy pocos de sus habitantes. Sólo las familias pudientes tenían la posibilidad de enviar a sus hijos a la escuela y a la universidad. El grado de analfabetismo era altísimo. Para el hijo de un campesino o un pescador no quedaba otro camino que el trabajo muy duro y mal pagado. Posiblemente esta clase pudiente conileña recibía de la capital, ciudad de casas luminosas y blancas, llenas de torres con azulejos brillantes, que vigilaban el mar, del que le llegaba, en aquellos años, la riqueza y el poder, los reflejos dorados del romanticismo literario ya en su última fase.
Y aquí, precisamente aquí, el 10 de Diciembre de 1848, Mª Dolores Yusti, esposa del médico de la Villa, Agustín Velarde, dio a luz a un hijo, al que llamaron José, que fue bautizado, según reza en su partida de bautismo, 13 días después en su propia casa por encontrarse en peligro de muerte, por el Vicario y ecónomo Miguel Cifuentes Moreno.
martes, 14 de octubre de 2025
Dedicatoria de Velarde a Fastenrath
En la biblioteca de Fastenrath hay un ejemplar de Meditación ante unas ruinas (1879) de Velarde con una dedicatoria: “Al eminente poeta alemán-español D. Juan Fastenrath mi paisano".
José Velarde
Gracias a Irene Albers por mandarrme esta dedicatoria de Velarde
jueves, 1 de mayo de 2025
Teodomiro o la Cueva del Cristo
I
¿Que más fortuna
Que nacer español, oír en la cuna
El clamor de la mar alborotada,
Y abrir los ojos a la luz del día
Donde halle la mirada
Un cielo con el sol de Andalucía?
II
Jamás olvido
El modesto lugar donde he nacido:
De trafalgar las olas arrullaron
De mis primeros sueños la honda calma,
Y después despertaron
Rugiendo a las pasiones de mi alma
Tempestades
I
Como produce estancamiento insano,
Si es duradera, la apacible calma,
Amo la tempestad embravecida,
Que esparce los efluvios de la vida
Al romper en los cielos o en el alma.
II
El rugiente Océano,
Cuando lo azotan roncos vendavales,
Se corona magnífico de espumas,
Cuaja en su seno perlas y corales
Y vida emana levantando brumas.
El pantano sereno,
Traidor oculto bajo verde lama,
Asilo es del reptil y forma el cieno,
Que, impalpable, mortífero veneno
Por la tranquila atmósfera derrama.
Napoleón
ESPAÑOL
Es sanguinario verdugo.
FRANCÉS
Héroe y gloria de la Francia.
ESPAÑOL
De ambición monstruo insaciable,
Que de su renombre en aras
Familias, pueblos, naciones
Destruye con furia insana.
FRANCÉS
Paladín altivo y fiero
De la honra y de la fama
De su nación, que a la Europa
Sujeta bajo su planta.
ESPAÑOL
Sus huellas, cual las de Atila
Marchitan, secan, devastan;
Un reguero de sepulcros
En la tierra las señala.
La poesía del Hogar
I
Con respeto y amor tu hogar contemplo,
Que al encanto dulcísimo del nido
Une la augusta majestad del templo.
En él no atruena el mundanal ruido,
Ni el mefítico ambiente se respira
De este social pantano corrompido.
De tierna madre, que de amor delira
Por el ser de su ser, se escucha el canto,
Dulce como el acorde de tu lira,
La niña de Gómez Arias
¿A dónde irá, caballero
En su yegua jerezana,
Tan de noche y de camino,
El mancebo Gómez Arias?
No a buena parte, le juro,
Cuando el semblante recata,
Recela de quien le mira
Y todo le sobresalta.
Recelo engendra el delito,
Busca sombra la acechanza;
Que la virtud no huye el rostro,
Ni teme conciencia honrada.
La Fe
I
La musa del dolor llora, suspira,
Toma del niño el tembloroso acento;
Mas no arranca a las cuerdas de la lira
La voz tonante que estremece el viento
Y en tus sublimes cánticos se admira.
Si cantaste la duda consternado,
Del vate la misión dando al olvido,
Es que, más bien que ciego, deslumbrado,
No sordo a la razón, sino aturdido,
El pensamiento tuyo deliraba
Por la fiebre del genio enloquecido.
II
-La fe agoniza, la virtud acaba,
El valor en los pechos languidece,
Se oculta tras el sofisma,
La esperanza al nacer se desvanece
Y Apolo mudo en su dolor se abisma.
Presa de un infernal desasosiego,
Atropellando, en su apetito ciego,
Derecho, libertad y religiones.
Ritos, tronos, altares, leyes, hechos,
Van en vertiginoso torbellino
Rodando aglomerados y deshechos
Al rudo empuje de fatal destino.
Sucede a la razón la ardiente tea
Y en cabañas, y en tronos, y en altares,
Con roja luz vivísima flamea;
Con el ronco bramido de los mares
Todo en profundo abismo se derrumba,
Y es ya la tierra solitaria tumba
Formada por escombros seculares.
Epístola Necrologica
El mismo soplo que apagó su vida,
Encendió la que existe tras la muerte.
¿ A qué llorar, Gonzalo, su partida,
Si despojado ya del polvo inerte,
Que en el mundo al espíritu encadena,
Goza del justo la envidiable suerte;
En tanto que la vida nos condena
De las pasiones al combate rudo,
A trabajo cruel y amarga pena?

















